sábado, 6 de julio de 2013

CROACIA, El Mediterráneo tal como era

                                                   

JULIO ¡como en el Perenke


Lagos  “Plitvitcka Jereza”


                                                 
CROACIA, El Mediterráneo tal como era.


Los preparativos

En primer lugar, gracias a todos los amigos que estáis pendientes de nuestro blog. Se que sois unos cuantos y espero que nuestras aventuras os diviertan y sobre todo os animen a viajar. Y muy en especial, un besazo muy fuerte a nuestros compañeros de viaje Juancho, Lucía y Paula que en esta ocasión no nos han podido acompañar.


Salimos el viernes 28 de junio de Moral zarzal. Después de unas cuantas horas de preparativos y actividad incesante la caravana está lista. Por más que uno quiera relajarse, los últimos momentos disparan la adrenalina hasta tal punto que  es imposible sentir el estrés que se acumula en el cuerpo. Pero tenemos por delante muchos kilómetros de carretera para relajarnos y empezar a tomar conciencia de nuestro viaje. Estamos de vacaciones y vamos a disfrutar de nuestro tiempo de la mejor manera que sabemos hacer, viajando…. Un, dos, tres,… ¡vamos a ver qué nos encontramos al otro lado del mar!


El Trayecto

Nuestro viaje transcurrió muy tranquilo. Salimos a las 16.00 horas desde Moralzarzal hasta Zaragoza con la intención de adelantar kilómetros para acercarnos a la frontera. Hay una parada para pernoctar entre las localidades de Montañana y Peñaflor que ya habíamos utilizado el año pasado en nuestro viaje a Suiza. Su Recreo es el nombre y la recomiendo a cualquier caravanista que quiera hacer noche en un sitio vigilado y económico. Como no es necesario desenganchar, hemos dejado enfilado el coche  a la  Rapozuela.

CAMPING DE BRIGNOLES (FRANCIA)

 A las 6.30 de la mañana estamos en marcha con la intención de recorrer 837 km.

No hay que resaltar muchas novedades de este trayecto. Un  pinchazo en el arcen de una caravana y muchas otras entrando a nuestras costas a la altura de Figueras. Adrián y Alex a la altura de las circunstancias, aguantando mecha con sus tablets y aprovechando para jugar con ellas al parchís y al ajedrez, además de los habituales juegos con los que suelen atronar mis oídos.   Después de 12 horas de coche, con paradas técnicas y demás alcanzamos nuestro primer objetivo, Brignoles, una localidad del interior del departamento de Var, no muy lejos de la costa entre Toulon y Hyères. El camping municipal de Brignoles es todo lo que necesitamos para esta parada. Boni se encargó de localizarlo en un foro de viajes de caravanas y la verdad, acertó. También muy económico y con disponibilidad de una parcela que nos ha permitido no desenganchar para continuar viaje muy temprano. Pero antes de cenar hay que estirar la columna y activar la circulación, así que damos un paseo hacia el pueblo y ya de paso lo conocemos. Parece un pueblo fantasma, no hay nadie en las calles y son apenas las 8 de la tarde. Hemos caminado unos dos kilómetros para estirar las piernas pero estamos muy cansados y aquí no hay mucho que hacer. Mañana toca madrugar otra vez para llegar a Venecia, nuestro primer destino turístico. Vuelta a la caravana, cenita rápida y a dormir.



Otra vez las 6.30 de la mañana y ya estamos en carretera. Para que luego digan nuestros amigos que no madrugamos, ¡ahí queda eso!. Hoy la etapa tiene 130 km menos que la de ayer pero no por eso deja de ser dura, unos 700 km nos esperan. Además tenemos que atravesar la costa Azul y parte del Golfo de Génova. Luego nos desviaremos para llegar a Milán y de allí a Venecia. Ayer, en nuestro paseo Boni se fijo que la gasolinera del pueblo tenía el gasoil a 1.32 euros, y hemos querido aprovechar ese precio pero ha sido imposible porque los surtidores solo admiten tarjeta y no leen el chip de las nuestras. Curiosamente, en la autopista las tarjetas están leyendo muy bien, seguiremos pagando el gasoil a precio de autopista.

Durante el viaje no dejo de contemplar el paisaje de pinos y vegetación frondosa que tengo ante mis ojos. Qué bien hecho está el trazado de su autopista y cómo han protegido su costa estos franceses. Cuando llegamos a San Remo nada que envidiar, la costa y los pueblos italianos son aún si cabe más bellos. Esos pueblos costeros tan uniformados, formando filas entorno a sus iglesias y abrigados en los acantilados. En lo alto de la montaña, anunciando los Alpes Marítimos se divisan más pueblos entre el verdor de sus árboles. Abandonamos la costa pero entre Génova y Milán el paisaje se extiende pletórico ante mis ojos. Lo mismo de Milán a Venecia. Los italianos no dejan una extensión de tierra sin cultivar. Nada se desaprovecha, maiz, viñedos, trigo, frutales hacen que la vista se recree intercalando alguna fortaleza que a lo lejos adorna el paisaje franqueada por los Alpes.

4 o 5 paradas técnicas para continuar viaje y a las 16.30 estamos en el camping Fusina de Venecia. Una vez registrados y acoplados, nos hemos instalado en una parcela donde podemos contemplar la ciudad ante nosotros. El camping está muy bien situado y está muy tranquilo. Las parcelas dan al mar y están rodeadas de una gran arboleda. Es realmente fantástico salir de la caravana y contemplar Venecia ante nosotros. Ahora a comprar los pases de transporte que nos servirán para trasladarnos en barco hasta la ciudad durante estos dos días. Vamos a disfrutar desde esta misma tarde.






Lunes, 1 de julio
“Venezia”


Ayer, una vez instalados en nuestra parcela nos dirigimos a la oficina de expedición de billetes para el ferry que nos dio la posibilidad de llegar a Venecia. La parada está al lado del camping y el trayecto tiene una duración de 20 minutos. Precisamente elegimos este camping por su ubicación. Los billetes nos servirán para utilizar el ferry todo el tiempo que vamos a permanecer aquí y además para el vaporetto.

Los niños estaban muy emocionados y deseosos de conocer Venecia. Sabían que había agua pero no se hacían la idea de cómo podía ser. Alex no paraba de hacernos preguntas.

Desembarcamos en el puerto de Zattere de Venecia. Era aún de día. ¡ La entrada a esta ciudad tiene un encanto tan especial!. Como si uno se trasladaras a otra época y a un decorado de cine. Hicimos  una primera toma de contacto, primero bordeando sus primeras calles para después encontrarnos con el Gran Canal. Cogimos el Vaporetto hasta llegar al puente Rialto y después callejeando por sus canales y calles  desembocamos en la plaza de San Marcos. De vuelta al camping, una buena ducha y mejor cena. ¡Buenas noches!


Hoy ya estamos preparados en el embarcadero. Los ferrys salen a en punto cada hora y hemos perdido el anterior por los pelos, por lo que estamos esperando viendo pasar barcos y cargueros en la primera posición. Hace un calor de justicia.

Hoy la ciudad está muy animada de turistas, sobre todo japoneses. Los gondoleros están a tope de trabajo. Algunos tramos del canal se confunden con la Gran Vía. Los turistas se agolpan en lo alto del puente Rialto. Hay calles y canales con un encanto especial que saboreamos e intentamos plasmar en nuestra cámara de fotos. Hemos llegado en Vaporetto hasta la plaza de Roma.
Después de retornar el caminos paseando por la parte Izquierda se ha hecho la hora de comer algo. Compramos unas pizzas y otras variedades de comida italiana para reponer fuerzas y elegimos para sentarnos unas escaleras a la sombra de uno de los puentes perpendiculares al Gran Canal. Estamos listos para continuar callejeando. En unos minutos llegamos a San Marcos. La fila para entrar en la basílica va rápida. Tan rápida que no tengo casi tiempo de comprar un pañuelo en los puestos de fuera para cubrir mi escote si quiero pasar. Luego, El Palacio Ducal que lo bordeamos hasta llegar al puente de los suspiros. Llevamos todo el día paseando por Venecia y es hora de regresar al camping para darnos una buena ducha y descansar.

Nos estamos alejando de Zattere y desde lo alto del ferry nos despedimos de esta ciudad tan marítima y tan bella. Sus casas, sus canales, sus gondoleros y sobre todo ese romanticismo que seduce al viajero y no lo deja indiferente. Chao Venizia!

Martes 2 de julio


Venecia- Koronmacho


Hemos hecho una ruta de 260 kilómetros. Para llegar a Croacia y en concreto a la península de Istria, dejamos Trieste, la última localidad italiana grande y entramos en Eslovenia por el sur. Todo es verde, en algunos momentos tengo la sensación de que estoy atravesando el interior de Asturias. Las carreteras son estrechas pero bien asfaltadas aquí. Llegamos a una frontera poco transitada y un control de aduana esloveno nos pide nuestra documentación para dejar el país. Nos despedimos de ellos y entramos en Istria por Pozane- Socerga.

Nuestro camping está situado en la parte este de la península, así que atravesamos un poco el interior que está salteado de casitas de planta baja rodeadas de huertas. El paisaje se va haciendo cada vez más mediterráneo pero es exageradamente verde.

Por fin, divisamos una ensenada a donde nos dirigimos bajando la colina y desviándonos a la izquierda hasta llegar al camping.

El viaje no ha sido largo y además se nos ha hecho muy entretenido porque el paisaje ha sido muy ameno. Hemos elegido un camping muy modesto que descansa en una pequeña playa rodeada de pinares. Afortunadamente hay plazas y  elegimos, de las que quedan, la menos accidentada. Es un camping natural y todas las parcelas están en cuesta, por lo que nivelar la caravana ha sido un poco complicado. Una vez registrados comemos y por la tarde lo pasaremos descansando en la pequeña playa buceando y reponiendo fuerzas para mañana.

Nuestros vecinos de enfrente acaban de llegar, han cogido la plaza que nosotros hemos desestimado hace unas horas porque el desnivel era tremendo. Es un matrimonio alemán mayor con una autocaravana vieja. El hombre, es idéntico a un amigo de mis padres, el chuli, no les falta detalle y en su aterrizaje nos han ahumado a embrague porque no se deciden a colocar su autocaravana. Como puede nos pide disculpas, yo le resto importancia. Esto es el mundo de la caravana, hoy por ti y mañana por mí. Hay unos compatriotas suyos al lado de la parcela que van a contribuir a que la humareda  no se alargue mucho más, quitando el coche para que pueda maniobrar mejor.
El agua está muy buena. Adrián y Alex se han bañado y de paso se desperezan de la pequeña siesta que se han echado. Después, una cenita con hamburguesas  a la plancha y una copita de vino blanco que Boni ha descorchado para nosotros y brindar por nuestra llegada a Croacia, Hvrasta en croata.

La Península de Istria

Está península de 36000 km2 y forma de corazón está situada justo al sur de Trieste, todavía de Italia. Aquí el mar está en calma. La costa se llena en verano pero el interior está tranquilo incluso entonces. Tenemos pensado permanecer 4 noches y tres días. Hemos desterrado de nuestro itinerario la costa occidental por ser la más turística, centrándonos en el interior, la costa noroccidental sur y la oriental con alguna isla.




Miércoles 3 de julio

 Rovinj-Pula-Rt Kamenjak


Empezamos nuestra visita en esta parte de Croacia por esta encantadora población llamada Rovinj. Sigue siendo uno de los auténticos puertos de pescadores que quedan. Aparcamos el coche en el puerto muy cerca del casco antiguo. Lo primero que hacemos es comprar un imán para nuestra querida amiga Mariví, no vaya a ser que nos quedemos sin ellos. Una vez cumplido nuestro encargo nos adentramos por el casco viejo por una puerta y empezamos a recorrer sus escarpadas calles adoquinadas y placitas.


La calle principal llamada Grisa está empedrada y sube desde detrás del arco hasta Santa Eufemia, un imponente templo que domina el casco viejo. Su estilo barroco del s XVIII refleja una época en que Rovinj era una ciudad más poblada y con una industria marítima próspera. Su patrona Eufemia fue torturada por el emperador Diocleciano a causa de su fe y luego lanzada a los leones. El campanario es una copia del de San Marcos en Venecia. Bajamos de nuevo por las serpenteantes callejuelas que rodean Grisia.
Son ya en sí misma una atracción con sus balcones, portales y plazas de estilo gótico, renacentista, barroco y neoclásico. Los niños están de suerte y lo comerciantes también. Lleno de galerias donde los artistas locales venden sus obras nosotros nos hemos decantado por un tienda mágica de chuches piratas y nos hemos dejado una fortuna. Tendremos para todo el viaje. ¡Qué se le va a hacer, es el precio que he de pagar para que mis chicos me sigan y no protesten!












Pula

La gran cantidad de restos romanos hacen que esta ciudad ocupe un lugar destacado entre las ciudades de Croacia. La estrella, su anfiteatro, y es por donde empezamos nuestra visita, después de aparcar nuestro coche cerca de un parque y comer unos bocatas.

Entramos en el monumento más importante de Pula que domina el puerto. Todo de caliza, se construyó en el S. I. a.c. para espectáculos de gladiadores con asientos hasta 20.000 espectadores. Hemos comprado los pases y paseamos por las gradas y la arena mientras que un grupo de música Duo Violonchelo está preparando sus equipos para un concierto en breve. Adrián y Alex ya están haciendo de las suyas. No paran de trastear.

Hace mucho calor y, la verdad, los gladiadores parecen ellos. Después nos adentramos en un museo que hay expuesto en la parte subterránea donde podemos contemplar restos romanos y cantidad de ánforas apiladas que dan una idea de la cantidad de productos que se trasportaban antaño.
La parte más antigua de la ciudad, la que vamos a pasear, sigue una estructura romana, con calles que rodean la ciudadela. Estos niños, nos desangran, ya han pillado otra vez, ahora unas gorras. Van más chulos que un ocho, con las pilas recargadas para dar más la nota si cabe. Llegamos paseando a una placita que desemboca otra vez en el mar y en donde nos encontramos el templo de Augusto que ahora alberga un pequeño museo histórico. Aprovechamos la plaza que está rodeada de encantadores y cómodo veladores para tomarnos un buen café con hielo y descansar y de paso conectarnos con nuestra gente, pues hemos pillado wifi gratis.
Dejamos la ciudad y nos dirigimos a un lugar apartado en el punto más meridional de Istria, una zona agreste llamada el cabo Kamenjak, en la península de Premantura. Este cabo se encuentra deshabitado, con onduladas colinas, frutales, hierbas aromáticas y bajo matorral mediterráneo. Hay unos 30 km  de playas y calas vírgenes y tenemos que pagar para adentrarnos en él. Después de un día sin parar, nos merecemos un descanso como éste. Nos ponemos nuestras aletas y nuestras máscaras y a bucear.

Los niños chillan, han encontrado peces en los arrecifes de coral. Nos da respeto adentrarnos más por las fuertes corrientes que advierten en la guía, a pesar de que el mar es una balsa.


Volvemos al camping tras 200 km de ruta. Una buena ducha y una buena cenita y a dormir. Mañana más.


Jueves, 4 de julio

Brestova- Isla de Cres, Cres- Valun- Lubenice.

Después de un desayuno consistente hoy nos dirigimos al pequeño puerto de Brestova, un poco más al norte de donde nos encontramos para embarcar en ferry con el coche y visitar la isla de Cres. Recorremos la costa oriental hacia arriba y el paisaje es totalmente agreste, lleno de pinos que descansan en el mar. Llegamos a la zona de tickets y compramos nuestros billetes pero tenemos que esperar una hora. No importa, como hace mucho calor y el mar está tan apetecible, Adrián y Alex aprovechan para chapotear un poco en el agua, bajo la mirada atenta de sus padres.
En menos de media hora ya hay una fila considerable de coches, caravanas, autocaravanas detrás de nosotros dispuestas a embarcar. En la isla también hay campings, así que, mucha gente tiene pensado pasar más de 24 horas. El ferry está llegando pero primero tenemos que esperar a que desembarquen los que vienen. Es todo un espectáculo verlo. Los niños se lo están pasando en grande. Hay una caravana que se ha quedado obstaculizando el paso. Por fín sale todo el mundo. Ahora nos toca a nosotros. Bajamos hasta el muelle y colocamos nuestro coche justo donde nos indican.
Salimos de él y subimos a proa para disfrutar del viaje de 20 minutos que nos trasladará a la isla.

Cres posee un encanto silvestre y natural que atrapa e inspira. La isla está poco poblada, de hecho, atravesamos la única carretera que la cruza  y vamos por ella solos. Las vistas son infinitas, con sus acantilados cubiertos de bosques frondosos, robles, olmos, castaños. Es uno de los territorios protegidos para el buitre leonado.
CRES



Llegamos al pueblo de Cres. Se nota que tiene una fuerte influencia veneciana que se refleja en las fachadas de las casas color pastel que rodean el puerto y que se refugian en la bahía rodeada por colinas de pinares y matorrales de un verde intenso.


Nos dirigimos ahora a Valun una pequeñita aldea costera a 14 km al sur de Cres. Dejamos el coche aparcado arriba y bajamos las calles casi sin asfaltar empinadas hasta alcanzar una pequeña ensenada de guijarros donde pensamos pasar la tarde comiendo y buceando.
Lubenice está encaramado en lo alto de una loma. Es una aldea medieval y en la entrada hay una pequeña iglesia que ahora se destina a taberna o algo parecido. Estamos sedientos y pedimos dos sprite para los niños y dos cervezas bien frías con limón. La señora nos ha pillado el punto perfectamente, sabe a qué nos referimos y nos trae dos cervezas con limón bien frías de medio litro.
Yo no puedo con tanto y dejo una buena parte. Repuestas fuerzas y después de todo el día recorriendo la isla, son las 6 de la tarde y tenemos que ir regresando por la misma carretera para coger de nuevo el ferry que nos devolverá al continente.

Por el camino seguimos disfrutando de las maravillosas vistas. Hay un mirador en lo alto de la carretera desde  donde podemos divisar la isla de Krk. Paramos el coche y curiosamente nos sentamos en un banco que pareciera han puesto para nosotros. Ahí en mitad de la nada disfrutando del momento idílico, mi querido hijo Adrián resurge del horizonte emulando a los san fermines cretenses. “¡ay la madre que me parió que viene la oveja”¡. Unas ovejas están perdidas por el monte y se disponen a cruzar la carretera. Adrián al querer imitarlas ha llamado su atención y viene corriendo mientras que Alex se sube a un poste de piedra.
La situación no puede ser más dantesca y los cuatro nos partimos de risa mientras que el carnero pequeño, ya con sus cuernecillos no para de mirarnos y embestirnos incrédulo ante nosotros. ¡Qué momento más tierno, el mió, rodeada de tanto carnero!

 



Estamos ya en el ferry de regreso y en la primera línea de la parrilla de salida, esperando a que la rampa se abra para tener una buena salida. La posición no es buena, pues estamos en la zona exterior, pero los peques animan a su papi para que los españoles salgamos los primeros y dejemos el listón bien alto. Semáforo verde y efectivamente, hacemos una salida tipo Fernando Alonso. Miramos hacia  atrás no se ve ni rastro  de ningún coche que conformaba la carrera. ¡Bien papá, somos los primeros…!


Viernes, 5 de julio


Labin- Gracisce- Pacin - Svetvincenat


Hoy hemos elegido alejarnos de la costa de Istria y recorrer su interior. Aparece ante nosotros un paisaje natural de pueblos medievales, bosques de pinos y fértiles valles llenos de viñedos. Aunque muchos comparan esta región con la Toscana, su influencia es innegable, es diferente quizá porque aún tiene un atractivo íntegro.

La primera parada es Labín. Deambulamos por sus calles pero antes cambiamos kunas por euros. El joven que nos atiende nos habla en italiano y se alegra muchísimo de recibir a turistas españoles por su tierra. Se enorgullece de que unos viajeros acostumbrado a un país con tanta riqueza cultural como el nuestro se decida a visitar el suyo. Nos hincha a folletos y nos comenta que él trabajó en la cadena Melia por toda la costa Brava y por Mallorca. Nos despedimos de él y continuamos paseando.
Rabac, vista desde Labin
Labin fue la capital de la minería istriana y su colina quedó tan perforada que la ciudad empezó a hundirse. El tortuoso casco viejo, por sus calles en cuesta, con iglesias y palacios de inspiración veneciana y unas cuantas galerías y locales de artesanía agotan a mis hijos.

De camino a Pazin paramos en una pequeñísima villa medieval rodeada de colinas. El paisaje es precioso, a 7 km de Pazín es uno de los mejores tesoros guardados de Istria. No se tarda más de 10 minutos en recorrer la población. No solo sus fachadas nos recuerdan que fue una villa medieval, también el silencio ensordecedor de sus calles en donde a lo lejos podemos ver unos cuantos croatas alrededor de una mesa. Compramos agua fresca en una pequeña tienda en donde hemos aparcado el coche y continuamos hasta Pazin.

Lo más destacado de esta ciudad su castillo “Kastel”. Ahí hemos permanecido más de la mitad del tiempo. Esta ciudad es famosa por su sima y por el castillo que inspiró a Julio Verne. La mayor parte del pueblo es peatonal y  está rodeado por la típica campiña istriana. Este imponente castillo es la construcción  medieval mejor conservada de Istria. Tiene en su interior dos museos que nosotros hemos visitado, uno etnográfico que ilustra la vida rural istriana tradicional y otro museo que tiene una colección de campanas medievales y en las mazmorras instrumentos de tortura.
Desde el castillo se puede apreciar el abismo de unos 100 metros, que recuerda muchísimo al tajo de Ronda.
El escritor Julio Verne ambientó su relato Matías Sandorf en este castillo y en la sima de Pazin, aunque parece ser que se basó en relatos y fotos porque nunca estuvo allí.
Después de tanto patear estamos hambrientos y sedientos. Compramos unos víveres y en medio de la campiña nos preparamos unos bocatas que meten miedo con un queso riquísimo que hemos comprado en Pazin. Hemos parado en frente de una casa con su huertecito y una señora se asoma porque, por supuesto no es habitual. Es de admirar como cuida esta gente el campo y lo trabaja. Parece que todo está minuciosamente decorado pero no es así, es para vivir y lo hacen con un esmero que es de halagar.

De camino al camping no queremos dejar de visitar un pueblo que también recomienda nuestra guía, Sventvincemant. No nos convence, tampoco parece convencer a unos alemanes que por la cara se han quedado como nosotros, buscando su encanto.

Ya es suficiente por hoy, todavía nos queda tiempo para aprovechar la playa en el camping antes de preparar la cena y recoger todo para partir mañana hacia Plitvicka.

Liquidamos la factura para poder salir mañana temprano y evitar la aglomeración que posiblemente este camping va a tener por ser fin de semana. Mientras estamos cenando, del restaurante del camping suena música, hoy hay espectáculo, es viernes y cantidad de alemanes, holandeseses y eslovenos necesitan su dosis de pajaritos, macarena, música italiana y hasta griega ….pero no importa porque nuestra experiencia en Istria ha sido fabulosa y su gente muy educada y amable.

Domingo 7 de julio

Koromacno- Korana


Ayer dejamos el camping sobre las 8.30 de la mañana, después de esperar a que la recepción se abriera y así poder desenganchar la luz. El joven de la recepción que nos atendió anoche debió quedar seriamente perjudicado y se le  debieron de pegar las sábanas, algo que ya intuimos. Pero a pesar de esos minutos de retraso el viaje ha transcurrido tranquilamente y hemos llegado a comer a nuestro destino.

Después de rodear el golfo de Kvarner y cruzar el macizo montañoso de Ucka  por el tunel que lleva su nombre y que está considerado como parque natural, nos adentramos en el norte de Dalmacia, por la región de Zadar.

 La vegetación es exuberantemente frondosa. En algunos momentos parece que nos vamos a encontrar un oso por esa solitaria y estrecha carretera. Las casas salteadas y apenas agrupadas más de dos o tres, no llegan a formar aldeas muy definidas. Solamente, los anuncios del nombre nos dan pistas de que estamos atravesando poblaciones. Es un día nublado, aunque la temperatura es muy suave y agradable. No es casualidad por otra parte,  porque para que la vegetación sea así, aquí debe llover mucho y a menudo. Observamos que no hay un término medio en la edificación de las casas, o están perfectamente enfoscadas y pintadas con sus geranios y otras flores en las ventanas o agujereadas y destrozadas. Todo se comprende en unos segundos, Boni y yo nos miramos y enseguida encajamos el puzzle. Esas casas son las señales de la guerra.  apostando por la vida,  emulando la gran paradoja de la humanidad, que puede provocar los errores más  devastadores e inhumanos y resurgir de sus cenizas, cómo ave fénix intentando borrar de la memoria los horrores de la guerra, mientras la naturaleza en estado puro contempla impasible y silencia.
Cada vez nos vamos fijando más, y es estremecedor ver las fachadas perforadas con agujeros de bala. Iglesias y otros edificios también dan muestra de su paso por ella. Nosotros también nos estamos haciendo a la idea. La guerra civil empezó justamente en Plitvice en marzo de 1991, cuando los rebeldes serbios tomaron el control de la sede del parque. Los serbios ocuparon la zona durante toda la guerra para después retomar el control el ejército croata en 1995. Pero en medio de ese desolado escenario, muchas casas reconstruidas aparecen ante nosotros

Los niños nos han hecho muchas preguntas por el camino y nosotros les hemos respondido lo que hemos podido. Adrián se formula una pregunta que contesta él mismo “entonces, esos chicos que están en las puertas de sus casas de 18 años ya vivieron la guerra.” –sí, seguramente y el señor mutilado que hemos visto 2 kilómetros atrás quizá participó en ella y a lo mejor la casa abandonada de allí es de algún serbio que no se atrevió a regresar nunca o de alguna familia croata que murió en el asalto. Vecinos, amigos todos ellos  en cualquier caso, enemistados al fin y al cabo por un ideal carente de lógica - le contestamos  -¿y quién ganó?- Ahora pregunta Alex. --Nadie hijo, nadie, en las guerra no gana nadie, siempre se pierde.

Y con esa conversación y abrumadora estampa, llegamos al camping Korana en pleno corazón del parque nacional.


Este camping además de estar perfectamente ubicado para nuestra incursión al  parque  es precioso. En una extensión verde con caminos perfectamente trazados y asfaltados, tenemos más de lo que podemos necesitar. Las instalaciones están impecables y hasta tenemos wifi gratis en recepción.

Una vez registrados e instalados reponemos fuerzas comiendo en el porche y nos tomamos la tarde libre en el camping, que ya en sí mismo parece el parque nacional que queremos visitar. Preparamos un poco la excursión a los lagos y después de jugar y poner al día nuestro blog nos vamos a dormir bajo una noche tormentosa y lluviosa.


Excursión a “Plitvitcka Jereza” (los lagos de Plivitce)


Hemos entrado al parque de Plitvicka después de pagar rigurosamente 44 euros, algo que para nosotros es bastante peculiar. Pagar por ¡un parque nacional! La entrada incluye un tren que rodeada el parque y un barco que recorre el lago más grande, el Kozjak. A parte de todas estas singularidades turísticas que lo convierten en algunos momentos más en un parque temático que en un patrimonio mundial, este majestuoso y pintoresco paraje tiene una extraordinaria belleza natural que merece una visita. El sistema de lagos está dividido en una sección superior y otra inferior. Los lagos superiores están separados por barreras de dolomita y los inferiores se formaron por las cavidades creadas por el agua de los superiores. El color de los lagos cambia también constantemente, azul turquesa, verde,… La vegetación exuberante es otra atracción, hayedos, abetos, fresnos, helechos, etc. En fin,  una borrachera de paisaje que como diría mi amiga Sandra, me ha tenido que dejar más que satisfecha.
Nos hemos recorrido el parque muy bien y cuando nos hemos alejado de las zonas más concurridas hemos disfrutado del recorrido mágico de sus senderos. Adrián y Alex, ya están cansados, no tanto físicamente. Llevamos 5 horas dando tumbos por aquí y la verdad los cuatro nos merecemos una ducha y asimilar nuestras experiencias cada uno como le plazca. Así que a las 3 y media de la tarde, después de pagar nuestro aparcamiento rigurosamente, emprendemos rumbo al camping.


 Una plácida ducha y un café para unos y vaso de leche con croisanes para otros, estiramos las piernas y nos ponemos en contacto por whatsap con alguno de vosotros mientras observamos que cada vez entran más autocaravanas y caravanas al camping para pasar la noche y visitar los lagos al día siguiente. Nosotros, después de cenar y terminar estas líneas, nos despedimos de esta zona para dirigirnos mañana a la Dalmacia de Split. Lo siento, no puedo despedirme en croata. Este idioma es dificilísimo y no consigo pillar ni el saludo, ni la despedida.¡ Hasta pronto a todos!


Lunes, 8 de julio


Plitvitka-Seget.


“Dalmacia Central,Trogir y Split”


Ayer por la noche cayó una tormenta de agua importante. El cielo se quedó a gusto y nosotros comprobamos por qué esta región es tan verde. Hoy, nos hemos levantado temprano. Boni y yo hemos desayunado en la cafetería mientras que los niños se desperezaban y a las 9.00 estábamos ya en carretera.

No ha sido un trayecto muy largo, 229 km. Pronto hemos abandonado el paisaje verde para dar paso a los agrestes picos de los montes Velebit, en el Parque Nacional de Paklenica que se extiende a lo largo de 145 km  formando una espectacular barrera entre la Croacia continental y el Adriático. Hemos parado a repostar gasolina en la autopista y de paso a contemplar la estampa. La temperatura ha ascendido hasta 32ºC y hay tal viento aquí arriba que solo podemos ir con nuestra caravana a 60 km/hora.

El camping de Seget, que lleva el mismo nombre que la `población, está muy bien situado para nuestras visitas. Estamos apenas a 6 km de Trogir y a 30 de Split. Asombrosamente nos han dado una parcela privilegiada, la número 10 que está enfrentada al mar a tan solo 20 metros escasos de la orilla.
Las instalaciones son muy modestas, pero es un privilegio la ubicación. Una vez instalados, cuando nos registramos y entregamos nuestros pasaportes, les agradecemos ese detalle, porque el camping está completo y nos han ofrecido una plaza ya reservada. Vamos a quedarnos 4 noches para disfrutar de la zona.
Después de comer y bañarnos nos damos un paseo hasta el pequeño pueblo que queda a 500 metros del camping por la playa. Desembocamos en un club náutico y disfrutamos de los yates que están aparcados, sobre todo Alex, que tiene un grave problema calculando cuánto tiene que ganar como paleontólogo para comprarse uno igual. De regreso al camping nos compramos una botella pequeña de vino blanco de la zona, parecido al albariño, en un puesto en el pueblo. Nos la tomamos con la cena, mientras mirando al mar, las luces del puerto se empiezan a encender y la noche cae en el Adriático.

Martes, 9 de julio


Trogir


La diminuta Trogir es una hermosa localidad de preciosas calles rodeadas de murallas medievales. Destaca por la cantidad de edificios románicos y renacentistas de la época veneciana. Por todo esto y su magnífica catedral se declaró Patrimonio Mundial en 1997. Cuando Venecia compró Dalmacia en 1409, tuvo que bombardear a la rebelde Trogir para someterla. Mientras el resto de Dalmacia se estancó bajo los venecianos, esta ciudad siguió produciendo grandes artistas que, a la vista está, realzaron su belleza.

Hemos pasado toda la mañana en Trogir, bajo un sol de justicia. Esta ciudad es una delicia, nos ha encantado. En el puerto, frente a sus murallas hay además una cantidad de restaurantes, cafeterías y bares  con unas terrazas exquisitamente preparadas que nos han permitido reponer fuerzas, descansando e hidratándonos un poco. Tampoco han faltado las compras en esta ocasión. Hay un mercadillo a las afueras y hemos comprado, fruta, queso de la isla de Pag y un reloj de mármol de la isla de Brac como recuerdo de este viaje.

Por la tarde, hemos disfrutado de la playa una vez más. Después nos hemos ido a brujulear justo al otro lado del camping. Esta parte no está muy masificada pero desgraciadamente ya hay algún que otro complejo, que avista  consumismo puro y duro de artículos y diversiones para los turistas. En medio de ese paseo algunos apartmani, como ellos llaman a los apartamentos turísticos intercalan terrenos con preciosos y cuidadas huertas donde, los tomates y los pimientos afloran sin cesar y sobre todo, el Mediterráneo tal como era está llegando a su fin.

Miércoles, 10 de julio


Split y la Riviera de MaKarska.

Lo primero que hacemos cuando llegamos a la segunda ciudad mayor de Croacia es buscar un hueco para dejar el coche. Los dos parking que desembocan en el puerto enfrente del palacio están completos y tenemos que alejarnos un poco del casco histórico para por fin, aparcarlo en una pequeña explanada con espacio para dejar los automóviles. Hace muchísimo calor y en 5 minutos estamos atravesando un mercadillo  que rebosa vida croata. Fruta estupenda, miel, queso, pescado, huevos, pollo, embutidos, ropa, en fin un mercadillo donde dan ganas de acoplarse y pasar un buen rato. Pero hoy nuestro objetivo es otro y estamos justo en la puerta norte del palacio preparados para visitarlo.
Al entrar en el Palacio de Diocleciano, barrio declarado Patrimonio Mundial y uno de los monumentos romanos más impresionantes del mundo se puede disfrutar de muchos bares, tiendas y restaurantes anexos a sus murallas donde durante miles de años ha transcurrido la vida en la ciudad. El último emperador romano pagano, Diocleciano, construyó aquí su palacio de retiro entre el año 295 y el 305 d.c. Cada tramo de la muralla tiene una puerta con nombre de metal. La puerta de oro, al norte, la de bronce al sur, la de plata al este y por último la de hierro al oeste. Nosotros hemos entrado por la de bronce, la que está al sur y comunicaba la residencia con el mar. Dentro del recinto del palacio hay unos 225 edificios donde viven unas tres mil personas. No se trata de un palacio ni de un museo, es el corazón palpitante de la ciudad, un laberinto lleno de gente, turistas que aparecen entre sus estrechos callejones y patios mientras que los vecinos tienden la ropa en las ventanas y los abuelos compran el pan y se dirigen a sus casas. Una vez que nos agenciamos un mapa del recinto, lo mejor que podemos hacer es perdernos por el barrio, lo bastante pequeño para que siempre sea fácil encontrar la salida y lo bastante complicado como para discutir. En cualquier caso enseguida nos damos cuenta que para disfrutar hay que olvidarse del nombre de las calles y dejarse llevar.
Palacio de Diocleciano, Split
Bajo un calor sofocante y cobijándonos en la sombras como podemos hemos visitado el mausoleo de Diocleciano, ahora convertida en catedral , su cripta, el Templo de Júpiter, las salas del sótano y deambulamos por las calles hasta parar en un pequeño bar que está vacío para sentarnos y reponer fuerzas. Compramos agua y bebida para los cuatro y nos dejamos llevar por las camareras que nos indican todas las comidas que puede comer Alex y que no llevan frutos secos, pescados y demás. Hemos pedido una especie de hojaldres rellenos de queso y carne que nos han gustado, sobre todo, los de queso a los niños. Son unas chicas muy amables y simpáticas, pagamos y nos despedimos de ellas practicando lo que ya hemos aprendido Hvala, gracias en croata.
Son las 3.00 de la tarde y nos merecemos un descansito, asíque vamos a hacer caso de nuestra guía que por aquí recomienda la riviera de Markaska para disfrutar de aguas cristalinas. Efectivamente, hemos acertado. Después de recorrer 50 km de costa donde divisamos acantilados y crestas al pie de la sierra de Biokovo y playas preciosas de guijarros que cambian de color  turquesa a marino, hemos ido a parar al litoral más lindo de Dalmacia, en el pueblo de Brela y hemos elegido una magnífica playa de guijarros, Punta Rata. Nos hemos dado un baño de lujo y bien merecido. Más que un mar parecía el lago azul. El agua cristalina y una montaña con sus laderas de pinos que se extienden hasta la playa hacen que nos sintamos francamente felices. Ante este fantástico atardecer da pereza volver al camping.  Podríamos quedarnos aquí a dormir al pie de este paraje encantador. Pero hay que regresar.

Jueves, 11 de julio

Hoy vamos a pasar todo el día en el camping disfrutando de la playa que también tenemos delante de nuestra parcela. De paso pondré al día el blog y prepararemos la siguiente etapa hacia el sur de Dalmacia  que pondrá fin a nuestra estancia en Croacia. De momento, playita, sol y una barca que hemos comprado en Trogir para los niños y que les está dando mucho juego.


Están practicando con los remos y rastreando el fondo marino con sus equipos de snorkel. 


Esta noche tenemos pensado acercarnos a Trogir  para disfrutar  de ella iluminada.¡ Zbogom! ¡Adiós!

Viernes, 12 de julio

Seget- Orebic-Korcula

Después de despedirnos de nuestros vecinos colindantes de parcela, un matrimonio alemán muy simpático que tiene pinta de llevar años viniendo por aquí a descansar con su caravana, nos dirigimos a  Orebic en la península de Plejesac, al sur de Dalmacia. Tenemos por delante solo 196 km según nuestro navegador. A pesar de ello hemos decidido madrugar y desayunar por el camino. La técnica de llegar a medio día al camping nos está yendo muy bien, sobre todo al ir sin reserva.

Después de abandonar la autopista que termina en Dusina, hemos tenido que dar la vuelta pues nuestro gps nos ha metido por una carretera que termina en arena. Nosotros queremos llegar hasta Ston para adentrarnos en la península y desde allí atravesarla para llegar al otro extremo que es nuestra parada final. Pero el navegador insiste en desviarnos  unos 50 km antes y al hacerlo caso hemos llegado al ferry. Boni insiste en continuar y desechar la idea y yo imagino que seguramente no es la mejor opción porque el punto de la península a donde queremos ir queda justo enfrente y continuar nos va a suponer hacer muchos más kilómetros además de, vaya usted a saber, con qué carretera tendremos que batallar. Pero entre indecisión y discusión nos hemos alejado ya del puerto y llevamos recorrido unos 13 km. Ahora mi marido decide dar la vuelta y regresar bajo sus ruedas para que preguntemos el precio y barajar las opciones.


Estamos enfilados ya en el puerto esperando a embarcar con nuestra caravana en el ferry. Desde luego, no se si ha sido la opción más rentable pero sí la más cómoda y práctica. Además un montón de automóviles y caravanas han decidido lo mismo, la alternativa no debe ser mala.

Mientras esperamos en la fila de embarque y mientras termino de preparar a los niños unos sándwiches por si el trayecto se alarga y llegamos tarde a comer, Boni se ha presentado con una mujer en la caravana para que yo la explique algo. ¡Es española! Y anda un poco despistada. Viaja con tres amigas en un coche alquilado y justo el navegador le ha hecho lo mismo, desviarla al ferry. Se dirigen a Orebic también y entre los dos le indicamos dónde comprar los billetes. Deben darse prisa porque estamos a punto de embarcar.


Una vez en el ferry la vemos aparecer a lo lejos. Nos localiza y se acerca para hablar con nosotros y darnos las gracias por nuestra ayuda. Intercambiamos impresiones sobre nuestro viaje a Croacia. Hemos hecho casi la misma ruta  y podemos compartir experiencias. Después de charlar amenamente se despide y nos deseamos buenas vacaciones.

A tan solo 15 km del puerto está nuestro camping resort.
Es más de lo que íbamos buscando pero no menos de lo que necesitamos. Después de una entrada complicada por un sendero muy pero que muy estrecho, hemos desembocado en la puerta de la recepción. Me dirijo a una chica que sale a recibirnos y que por la expresión de su cara adivino lo que estará pensando. ¡Qué huevos!. Inmediatamente me confirma que hay dos plazas, mientras la caravana y el coche se han quedado encajados mientras que por ambos lados del estrecho y desestructurado asfalto hemos obstaculizado el paso.

Pero nosotros no podíamos prescindir de un momento strem en nuestro viaje, que por otro lado lo hemos salvado estoicamente. El mover se porta y sigue impresionando allí por dónde va. La chica de recepción ha respirado al comprobar cómo desenganchábamos y colocábamos la caravana teledirigida, accediendo a nuestra parcela por un acceso más que complicado.

Nos ha enseñado las instalaciones. El camping está preparado para tiendas y solo tiene 3 parcelas que en su mayoría son solicitadas por autocaravanas- Pero ha merecido el riesgo. El camping descansa en una playa con un agua transparente y turquesa. Esto parece el caribe. Hay un chiringuito muy chill out y tropical y una piscina, eso sí, que huele a cloro hasta decir basta. Pero hace un calor asfixiante y la oferta es muy apetecible. Además está todo muy tranquilo.

Una comida de pasta, un bañito refrescante en la playa y una ducha reparadora. Son las 7.00 de la tarde y estamos listos para acercarnos a la localidad de Orebic.
Desde allí, decidimos dejar el coche en un aparcamiento y acercarnos en barca a la isla de Korcula. El joven del parking nos ha convencido. Es mucho más rentable acercarnos en un barco taxi que por muy pocas kunas nos dejará en la misma ciudad amurallada que en ferry con el coche. El último barco regresa a las 11 de la noche, en total por el módico precio de  15 euros podemos disfrutar de Korcula.

Isla de Korcula

Cuando se llega por mar las torres de Korcula y los restos de las murallas resultan impresionantes. Estas murallas disuadían a los piratas de acceder a la ciudad. Esta localidad costera es preciosa y emana historia con sus calles de mármol y muchos edificios renacentistas y góticos. Curiosamente sus calles tienen un trazado muy cómodo y práctico pensado para sus habitantes.  Las calles occidentales se construyeron abiertas para que el viento fuerte y constante llamado “maestral” refrescara del verano y las orientales se planificaron curvas para minimizar la fuerza del “bura”, viento frío que viene del este. Una vez desembarcados entramos al casco antiguo por la Torre de la puerta occidental al mar. Una inscripción informa de que Korcula se fundó tras la caída de Troya.
Paseamos sus calles que están llenas de vida turística. Cantidad de restaurantes hacen su caja ofreciendo cenas. Nosotros somos engatusados por un señor mayor que nos invita a sentarnos en una mesa cuando nos ve dubitativos ante la carta. Son ya las diez menos cuarto y es evidente que algo hay que comer, pues cuando regresemos al camping serán ya más de las 12 de la noche.

Le hemos apodado el salerman. Es un buen negociante, simpaticón y a la vez explícito, se nota que es un hombre vivido que regenta ahora un negocio familiar y hasta sus dos hijos que ejercen de camareros son conscientes de sus habilidades para atraer al turísta al negocio. Nos toma nota y nos felicita por nuestra elección. No es que nos hayamos estirado mucho, una ensalada de pulpo y una pizza cuatro quesos para nosotros y para los niños spaghetti, pero nos da la impresión que nos hubiera felicitado por cualquier otra elección. Eso es lo que le hace tan singular a este hombre. Cuando estamos a punto de irnos ya, nos damos cuenta que uno de sus hijos le da el queo para que atraiga a otros turistas. Es un tipo divertido. Nos cuenta que ha estado en Madrid en el museo del Prado haciendo un ademán de halago y grandeza al hablar de ello y que la infanta Margarita es una mujer extraordinaria. Lo que os digo, un hombre de mundo, vaya usted a saber por qué nos cuenta eso. Boni le dice que es un buen salerman, él nos contesta riéndo pero sin desatender a su negocio “ I Know, I know. I am” (lo se, lo se, lo soy).

Es hora de regresar al camping. Cogemos el último ferry de las once de la noche. Hoy ha sido un día duro, vamos a dormir.

DUBROVNIK
Sábado, 13 de julio

Dubrovnik y escapada a  Montenegro

Aparcamos el coche en un parking cubierto a las afueras de Dubrovnik. Hace muchísimo calor, no estoy segura de la temperatura pero podemos alcanzar fácilmente los 31º C y en la costa. Para llegar al casco antiguo hay que bajar una calle empinada y a unos 700 metros, ahí está.

¡Qué puedo añadir yo más de esta ciudad! Dubrovnik es  una palabra única. Lord Byron dijo de ella que era “la joya del Adriático” y Bernard Shaw el “paraíso en la tierra”. El casco antiguo está cercado por unas murallas defensivas y la verdad, cuando las atraviesas su belleza impacta. Cuesta imaginar que alguien pueda cansarse o sienta indiferencia de contemplar esas calles de mármol o sus edificios barrocos.

Hemos entrado por la puerta Pile, la puerta de la ciudad. Cuando atravesamos la puerta exterior, salimos a otra interior y acto seguido y a pesar del asfixiante calor que sentimos y el imán de turistas que deambulan a nuestro alrededor, quedamos boquiabiertos. Pero observo otras caras y no somos los únicos.

 Hay una calle principal llamada Placa o más comúnmente conocida como Stradum que se extiende hasta al final del casco antiguo y a la izquierda se abre hacia la plaza Luka, la antigua plaza del mercado. Boni y los niños intentan localizar la primera farmacia que se creó en Europa y que está ahí pero no consiguen encontrarla en el mapa. Mientras, yo intento ubicar todos los edificios que a primera vista estamos viendo.
Paseamos por esta avenida y Alex y Adrián que están muy sensibilizados con la guerra civil me preguntan ¿pero a esta ciudad no la pasa nada, no hay nada roto?. Les habíamos contado que esta ciudad fue severamente castigada por unas dos mil bombas entre 1991 y 1992 y los daños, evidentemente, fueron considerables. Inmediatamente les respondemos – ya os hemos dicho que los edificios fueron restaurados.-¡ Ah, entonces no es una ciudad vieja, es nueva!- se apresura a contestar Alex. –Sí, más o menos pero ahora mira qué bonito es todo-. Le respondo yo casi sin prestarle atención por si al hacerlo me pierdo algo. –¡jo qué pena, yo quería ver cómo quedó con la guerra!.- Se lamenta mientras continua caminando decepcionado.
El Palacio Sponza del s.VI fue inicialmente una aduana, después, una casa de la moneda, la tesorería del Estado y un banco. Actualmente, alberga los archivos del Estado, una colección de manuscritos casi milenarios y en su interior también se halla la Sala Conmemorativa de los Defensores de Dubrovnik, una sobrecogedora colección de retratos de jóvenes caídos entre 1991 y 1995. En una sala cuadrada cuatro o cinco filas de retratos cubren el perímetro de sus paredes. Todos los retratos tienen una inscripción del nombre del joven, su fecha de nacimiento, la población en la que nació y alguna leyenda más que no alcanzo a leer.
En la esquina de la sala una pantalla proyecta imágenes de los bombardeos y los momentos que se vivieron justamente en esa ciudad que ahora degustamos. Los chavales a penas llegan a 20 años. Muchos podrían tener ahora mi edad. Adrián y Alex han descubierto la fotografía de dos hermanos fallecidos que se llevan solo un año de diferencia. Todos ellos son militares, policías y marineros que sirvieron a su ciudad. Un silencio respetuoso y conmovedor se respira en la sala, tan solo interrumpido por mis dos hijos que tan impactados como el resto de la gente, nos bombardean a preguntas. No se que se le estará pasando al resto de la sala por sus cabezas. A mi me invade un sentimiento de respeto y tristeza que mi hijo Alejandro adivina en mis ojos. El está impactado pero no acierta a entender por qué la expresión de mi rostro. -¡Esos chicos eran tan jóvenes!, ¿sabes?, ¡tendrían una vida por delante!.. y una madre- Le respondo.- Claro como nosotros ¿verdad?, por eso te dan ganas de llorar.- Contesta Alex.

Aunque ahora pertenece al pasado, la guerra aún se mantiene en la memoria de los habitantes de esta ciudad. Hay placas que lo recuerdan a cada paso y un panel muy descriptivo en una de las calles que recuerda el bombardeo. Los proyectiles impactaron en el 68% de los 824 edificios, dejando boquetes en dos de cada tres tejados. 314 impactos directos y 111 proyectiles. 9 palacios fueron pastos de las llamas y otros entre ellos el palacio Sponza  que acabamos de visitar sufrieron destrozos muy severos. Desde entonces Dubrovik ha recuperado parte de su esplendor original. La catedral y los diferentes edificios del s.VII han sido reparados con la ayuda de una brigada internacional de mamposteros especialmente preparados utilizando los materiales originales donde fuera posible. Algunos daños cicatrizan deprisa, otras pérdidas cuesta más arreglarlas, incluso algunas son irreparables lamentablemente.

Pero en una calle paralela al Stradum, nos encontramos que la desolación y el horror pueden dar paso a la esperanza y el valor. Ivo Grbic es un hombre mayor nacido en 1931. Está sentado en su estudio y galería de arte y su puerta está franqueada por una bandera que dice así: Croacia bienvenida a Europa, 1 de julio. Mientras nosotros nos paramos a leer los paneles descriptivos y fotográficos que rodean su casa, Ivo Grbic contempla unos cassettes que en algunos momentos  sostiene en sus temblorosas manos. Este artista de aspecto robusto y mirada perdida, narra los hechos que acontecieron en la mañana del 9 de diciembre de 1991. Su biografía también está expuesta en la puerta. Licenciado en bellas artes  en 1951 y fotógrafo profesional, estudió en Francia, dio clases a artistas y recibió varios premios de la UE. Recuerda como esa mañana estaba durmiendo en su casa cuando Dubrovnik empezó a ser bombardeada. Su casa, la que en esos mismos momentos contemplamos, recibió un impacto de bomba. El tejado de su casa salió por los aires y  se prendió en llamas. Cogió a su madre de 88 años y a su hermana y las llevó al sótano. También ayudó a sus vecinos a refugiarse.  Afortunadamente, nadie quedó herido. Ese día este artista perdió toda su obra, sus grabados, sus fotografías, sus recuerdos familiares. El texto que ahora escribo seguramente no nos hubiera impactado tanto a los cuatro si Ivo Grbic, ahora un anciano, no hubiera salido esa horrible mañana a la calle para inmortalizar en una cámara de fotos lo que  vivió. Ese día este maestro puede que perdiera muchas cosas  pero seguramente mantuvo las más valiosas, la esperanza y la memoria. Memoria para no olvidar los errores y esperanza para salir adelante de cualquier adversidad. Este hombre no pretende dar compasión. Es un luchador y sabe que el mejor legado que debe dejar a la humanidad es su testimonio y lo hace de la mejor manera que sabe, con su arte que plasma a la perfección en una de las fotografías que tiene en la puerta.
Ivo Grbic
Ivo Grbic con una cacerola en la cabeza, arropado con una manta y el puño levantado esbozando una sonrisa delante de su casa ardiendo.
Mientras nos alejamos del estudio Adrián ha captado el mensaje. Dice que por eso a él no le gusta jugar a los video juegos de call of duty y que seguramente que cualquier persona que haya vivido la guerra no le gusta jugar. Bueno es su manera de interpretar los hechos. Alex está preocupado porque le parece que el señor estaba triste. Nosotros le tranquilizamos diciéndole que lo que está es contento porque ya es de unión europea. Claro así se siente más seguro- me responde él.
Nos hemos refugiado del calor insoportable en unos pórticos para comer un bocata. Alex no tiene hambre, no le obligamos, después nos tomaremos un helado.

Tengo que decir que tomar un helado en Dubrovnik a esas elevadas temperaturas y de la mano de mis dos hijos es bastante complicado. Menos mal que los estragos que hemos hecho han sido en una pequeña calle por la que no pasa mucha gente. Alex y Adrián son un poema, no se explican cómo nosotros no nos manchamos tanto. ¡Mordiendo hijos mordiendo, a 33 grados solo se puede morder el helado si lo chupamos como vosotros…..! En fin, menos mal que hay fuentes. Precisamente en una de ellas hay una japonesa comiendo el mismo helado que nosotros, a la misma temperatura que nosotros pero sin pasar las calamidades que nosotros. No lo entiendo ¿hay alguna clase que nos hemos debido perder?.

No queríamos abandonar esta ciudad patrimonio de la humanidad sin encontrar la farmacia más antigua de Europa.
Farmacia más antigua de Europa
Ahí estaba, justo a la entrada, a mano izquierda donde nuestro vecino José Luis le había dicho a Boni junto con algo más. Pero antes de rescatar nuestro coche tenemos que ascender por unas escaleras y una calle empinada y recorrer los mismos 700 metros de regreso bajo un calor agotador. Todavía estos niños se permiten el lujo de ir jugando haciendo carreras. ¡Incombustibles estos pequeños viajeros!


Son las cuatro de la tarde y hemos decidido cruzar la frontera y acercarnos a Montenegro. El primer pueblo que queremos visitar, Hecerg Novi, está a 60 km de Dubrovnik y 20 más o menos de la frontera.


Después de pasar la aduana ya sabemos lo que José Luis le había recordado a Boni, además de la ubicación de la farmacia. The green card o lo que es lo mismo la tarjeta verde que por cierto, no la llevábamos. Así que, hemos tenido que retirarnos a un lado, aparcar nuestro coche y dirigirnos a una oficina que expresamente nos ha extendido un permiso para 15 días. No ha sido muy aparatoso, un montenegrino muy serio me ha hecho firmar en un papel después de enseñarle la documentación del coche y me ha pedido 15 euros.
Paseamos por este pueblo con un casco antiguo medieval y amurallado.  ortodoxa muy bonita en medio de una pequeña plaza que corona el pueblo, quizá eso es lo más destacado, eso y el calor tan sofocante que hace.
No hay apenas turistas, tiene una iglesia
Nuestra intención hubiera sido llegar hasta Budva y Kotor pero hay que recorrer como 70 km más y estamos a 180 km del camping por lo que lo más recomendable es regresar. Y hemos hecho bien porque al llegar a la aduana hay una fila de coches larguísima que además no se mueve mucho, por no decir nada. Después de esperar nuestro turno unos 20 minutos nos vuelven a pedir los pasaportes y la tarjeta verde internacional. Ahora sí la tenemos y enfilamos para Croacia.

A unos 15 km de llegar al camping tuvimos que parar para que Alex vomitara, al principio pensamos que quiza con tanto calor y tantas curvas se había mareado. Pero no fue así, un virus croata, como el lo ha denominado le ha atacado y cuando llega a la caravana sigue descompuesto pero parece que se encuentra mejor. Son las 8.00 de la tarde y  antes de ir a cenar nos relajamos en el bar chill out del camping tomando una cervecita con unas patatas como aperitivo. La isla de Korcula delante de nosotros, tan solo separada por el Adriático. Los cuatro charlamos y entre charlita y charlita las patatas han volado. Es hora de cenar y descansar.

Domingo, 14 de julio

Hoy solo puedo destacar dos cosas importantes. La primera, el cumpleaños de mi querido compañero, amigo y amante de viaje y padre de mis dos hijos maravillosos, Boni que cumple 40 esplendidos años. Desde aquí, mi más cariñosa felicitación y desearte, por lo menos 40 años más, viviendo a tope como hasta ahora. Y si tengo el placer de seguir compartiéndolos contigo pues mejor que mejor.

Lo segundo y no tan agradable es que Alex se nos ha puesto un poco pachucho con gastroenteritis fuerte y fiebre. Ha estado toda la noche vomitando y por la mañana se ha encontrado verdaderamente mal. Le hemos dado apiretal para controlar la fiebre, primperan para los vómitos y suero . Por si acaso, me he preocupado de localizar un médico por si el calor y la descomposición le deshidrataban. En recepción me han dicho que el más cercano en Orebic pero si fuera una emergencia. No se si las emergencias para los croatas son como para nosotros los españoles, por si las moscas he insistido y me han dado el teléfono del ambulatorio. Afortunadamente, a las 2 de la tarde la fiebre ha ido remitiendo y ha dejado de vomitar por lo que no ha hecho falta acudir a ningún médico. Unos cuidado y mimitos de papá y mamá y el niño como nuevo, después de tomarse 2 botellas pequeñas de unas bebidas isotónicas lo más parecido al acuario que hay por aquí. Parece que este tipo de bebida le sienta mejor que el suero y lo tolera más.

Alejandro nos ha mantenido un poco alertas y no nos ha apetecido mucho disfrutar a ninguno de playa. Adrián es el único que se ha acercado a la piscina conmigo pero cuando se ha metido olía tanto a cloro que no le ha apetecido seguir nadando.


A lo largo de la tarde Alex se va encontrando mucho mejor y la fiebre ha desaparecido por completo. Pero el cumpleaños de papá lo celebraremos más adelante cuando pueda comer dulce y así soplaremos las velas. El resto de la tarde la empleamos en recoger la caravana y descansar, porque mañana nos dirigimos a Zagreb. Después, tenemos la intención de pasar unos días en Eslovenia.


Lunes 15 de julio

Orebic- Zagreb

Son las 6 de la mañana y suena el despertador. Vamos a intentar salir del camping cuando todo el mundo  duerme aún, para no encontrarnos con problemas en nuestra salida. Boni está un poco tenso, no es para menos, la salida del camping es muy complicada y la subida por esa estrecha carretera llena de obstáculos todavía más. Yo estoy más tranquila pero claro, es lógico por otra parte, no es mi responsabilidad tirar de la caravana. Confío tanto en mi chico que no veo problema en salir de aquí.

A las 6.30 de la mañana ya tenemos enganchada la caravana al coche y hemos salvado el primer obstáculo, salir del camping. Después, Boni tira de la reductora y consigue salir de ese hoyo, como él lo llama, sin encontrarnos a nadie de frente. ¡Prueba conseguida!

Son las 7.00 de la mañana y ya estamos preparados esperando el ferry que nos llevará de Trpanj a Porec. El ferry no sale hasta las 9.00 pero es el segundo de la mañana. No hay otra opción. Aprovechamos para desayunar en una cafetería enfrente del coche que tiene wifi gratis.
Los niños se quedan en el coche jugando con sus tablets y aprovechando la wifi. Alex ya está mucho mejor. Todavía no ha comido sólido pero lleva 3 botellas de suero. Nosotros después de tomar dos cafés con leche y dos croisanes con chocolate vamos a comprar pan.

Desembarcamos a las 10.00 de la mañana y ponemos rumbo a Zagreb. Tenemos por delante 580 km y hacemos varias paradas largas. La primera para que Alex coma un poquito y comprobar qué tal le sienta. ¡Bien!. Ha comido 3 lonchas de jamón York y 4 o 5 galletas y dice que le han sentado muy bien. La segunda parada es para comer. Hemos elegido un área de descanso justo enfrente del parque nacional de Paklenica. Hemos hecho un poco de arroz blanco con pavo para Alex que ya está prácticamente recuperado. Cuando son las 6 de la tarde llegamos al camping Plivtice, a las afueras de Zagreb.

El camping es grande y está ubicado en una extensión  de parcelas arboladas y verdes. Estamos al lado de la carretera pero después de dos noches sin dormir apenas, no habrá nada ni nadie que estropee mis sueños. Es un camping de paso que sirve para visitar la ciudad o para pernoctar.

Después de unas duchas reparadoras y unas ensaladas frías nos vamos a descansar que nos lo merecemos.


Martes 16 de julio

Zagreb


Hoy hemos pasado todo el día pateando la capital de Croacia. Estéticamente Zagreg es una mezcla de arquitectura austrohúngara y toscos edificios socialistas. Dos elementos que marcan su personalidad. Esta pequeña ciudad esta hecha para pasear por las calles, sentarse en sus concurridos cafes y disfrutar de sus museos, teatros y cines.

La historia documentada de Zagreb es importante para entender su estructura. Empieza en la edad media con dos asentamientos en dos colinas: Kaptol, hoy la sede de la catedral de Zagreb y Gradec. A mediados del s.VI ambas se unieron y sí nació Zagreb.

En el s XIX la economía se expandió por una próspera industria textil y al trazado de una línea que conectaba la ciudad con Viena y Budapest. Además Zagreb se convirtió en el centro del movimiento ilirio que supuso el inicio de una corriente nacionalista que revindicaba un estado independiente del imperio austrohúngaro. Tras la primera guerra mundial Croacia y su capital se unieron a los serbios y eslovenos. En la segunda guerra mundial Croacia con Zagreb como capital se convirtió en un régimen títere del III Reich. Esta adhesión al régimen fascista no gozó nunca de un apoyo mayoritario que se decantaba a favor de los partisanos de Tito. En la Yugoslavia de la posguerra Zagreb, muy a su pesar quedó a a la zaga de Belgrado y finalmente se convirtió en la capital de Croacia en 1991, el mismo año que se declaró la independencia del país.

La ciudad Alta, es la zona más antigua de Zagreb, comprende los barrios de Gradec y Kaptol y atesora los edificios e iglesias más emblemáticos que se remontan a los inicios de esta ciudad. La ciudad baja, que se extiende desde la alta a la estación de trenes, cuenta con los mejores edificios arquitectónicos de los siglos XIX y XX.

Nosotros, como no podía ser de otra manera hemos visitado las dos partes de la ciudad. Nuestro punto de inicio, después de dejar el coche en un parking cubierto, ha sido la plaza de Josipa Jelacica. Ayudados de nuestra documentación y de una guía muy bien estructurada que nos han proporcionado en la oficina de información turística hemos hecho un recorrido extraordinario que nos ha dado la oportunidad de conocer esta ciudad.
La temperatura no era muy severa y eso nos ha permitido disfrutarla mucho mejor. Después de visitar la ciudad Alta, en donde hemos parado a comer nuestros bocatas en un banco a la sombra de unos árboles, hemos hecho una pausa tomándonos un café en la plaza Preradoviceva. Por cierto, no os he comentado que el café de Croacia es excelente y lo sirven con un gusto exquisito. La plaza está abarrotada de croatas bien vestidos y perfumados que exhiben sus modelos y charlan de sus asuntos distendidamente. Los veladores son preciosos, ninguna terraza en Zagreb ni en toda Croacia está descuidada. El mobiliario es de goma imitación mimbre y los parasoles forman pérgolas de colores que producen una sombra acogedora a la vez que reparadora. Se nota que para ellos es muy importante y necesario este momento.

Nosotros también hemos querido disfrutar de ello y lo hacemos con nuestros dos hijos, justo al lado de otra mesa dónde dos jóvenes croatas, impecablemente vestidas charlan muy enfrascadas de sus cosas. ¡Oh, oh! Qué mala suerte, les ha tocado el niño extranjero mal educado y no saben qué pinta en un escenario como ése. Sí, amigos es Adrián haciendo de las suyas. Como no ha parado de jugar con un vasito de agua muy elegante que el camarero nos ha puesto a Boni y a mi con los dos cafés, pues el vaso se le ha deslizado de sus preciosas manos y el agua ha salpicado todas las sandalias de los preciosos pies esmaltados de una de las señoritas croatas que tiene justo a su derecha. Las miradas se cruzan y parece un juego del cluedo. Adrián me mira a mí, yo le miro a él, la croata nos mira a los dos y Boni no sabe dónde mirar. Excuse me! Es todo lo que puedo decir en ese momento, mientras mi boca echa fuego como un dragón apuntando a mi hijo. No creo que eso la haya convencido porque las dos se miran y se resignan a compartir su preciosa tarde de café con esos niños a los que por cierto, no ven los ojos.

Una vez saldada nuestra cuenta y cumplida nuestra penitencia nos dirigimos a la ciudad baja para terminar la visita de esta simpática ciudad. Esta parte del recorrido en algunos momentos me recuerda a Madrid, el paseo de Recoletos, la calle Arenal e incluso la Gran vía. Con los tranvías cruzando por todas las calles y muchos edificios aún sin restaurar me trasladan a lo que debió ser Madrid en los años 50. A mi padre le hubiera encantado, estoy segura.

Antes de abandonar esta ciudad nos dirigimos a una calle a las afueras para intentar comprar un espejo retrovisor, pues una de las correas que ajustan el espejo que tenemos para acoplar al coche cuando vamos con la caravana, se nos partió antes de ayer cuando dejábamos Orebic. Boni apañó un invento de los suyos, adaptando una correa de las gafas de bucear y desde ese instante es con lo que vamos tirando.
Pero no ha habido suerte porque por aquí no hay tiendas que vendan ese tipo de accesorios y la tienda a la que nos ha mandado el punto de información es de accesorios de montaña. En otra ocasión.

Nuestra estancia en Croacia está llegando a su fin. Mañana nos dirigiremos a Eslovenia para pasar allí unos días.

Ahora, una vez en el camping, aprovechamos para relajarnos antes de cenar y de irnos a dormir. Adrián dice que le duelen las piernas pero aún así, le quedan fuerzas para ir a comprar el pan y  echar un campeonato de futbol con su padre, al que han apodado campeonato de Zagreb. Alex ha sucumbido a los encantos de la caravana y prefiere tumbarse en la cama. Se ha quedado frito mientras yo pongo al día mis relatos. No hay mucha gente en el camping y el sonido de sus risas y pelotazos se extienden por doquier.


Miércoles 17 de julio

Zagreb- Lago Bled, Eslovenia

Después de dormir más de diez horas plácidamente y de tomar un desayuno consistente como todos los días ya estamos listos para emprender viaje. Mientras nosotros ultimábamos la salida, los niños se han ido cerca de recepción a conectarse con su wifi y atendar sus correos. Tenemos pensado acercarnos allí con la caravana, recogerlos y pagar la factura.

Son las 10.00 de la mañana y tenemos menos de 200 km de viaje, así que esta etapa se presenta relajada y descansada. Boni arranca el coche y yo me quedo fuera para vigilar por si hay algún obstáculo que pueda enturbiar nuestra salida. No es previsible, porque tenemos una plaza de toros para salir. Sin embargo, enseguida me percato que hay uno y  muy gordo. Hemos pinchado una rueda de la caravana.

Mientras Boni se prepara para la gran faena, yo me acerco a recepción para avisar a los niños y así de paso pagar la factura, no vaya a ser que encima nos carguen un día más por salir más tarde de lo previsto. Allí están mis hijos, machacando las tablets y absorbiendo todo el canal de datos que el camping Plitvice les puede ofrecer. Les digo que hemos pinchado pero no parece que parezcan preocupados. ¿Ah si, qué rueda, la de la caravana?. Me preguntan. Pero siguen a sus quehaceres y además me ponen al día de sus correos y sus aventuras.

Regreso después de 10 minutos al campo de batalla y ya veo a Tom y Jerry luchando entre ellos. Jerry, bajo un sol de justicia, está intentando  meter a Tom en el agujero para elevar la caravana. Bueno, realmente no es un ratón lo que veo, es a mi marido de rodillas con todo el maletero desmantelado luchando, eso sí, con un gato para poder cambiar la rueda.

Son ya las 11.30 y por fín hemos conseguido cambiar la rueda de la caravana. Además de inflar la de repuesto con un compresor de 3 euros de los chinos que llevamos en el coche y que nos ha venido muy bien. Boni ha ajustado los tornillos muy fuerte pero le pregunto que si están bien seguros. Yo, de tanto bricolage, mudanza, taladro, y demás fanfarrias ya voy aprendiendo algo y a mi me parece que esas tuercas no están a la perfección. Boni no me quita la razón, pero me da confianza asegurándome que esa rueda no se irá. Por si las moscas iremos parando.

Estamos en unas mesas de la recepción contestando nuestros whatsap y refrescándonos un poco cuando veo llegar a un hombre que ha aparcado a 10 metros su grúa. Viene hacia el bar de la recepción, supongo que a hacer un descanso y tomar un refresco. Yo no me lo pienso y me levanto del asiento acercándome avasallándole. Me dirijo a él en inglés pero me responde con la cabeza que no me moleste, no entiende nada. Me pregunta que si hablo alemán, le digo que no pero eso no es barrera para mi. La caravana está justo aparcada delante de nuestros ojos y como puedo le invito a que se acerque y a que me de su opinión sobre la rueda. El hombre se da cuenta en ese momento de lo que estoy pidiendo y compara las dos ruedas y acto seguido me indica con la mano, justo lo que sabíamos, que esas tuercas no van bien apretadas. A esas alturas Boni ya se está acercando mientras este buen hombre ha regresado a su grúa para prestarnos la llave de 19 pulgadas que como he podido le he comunicado que no teníamos.


Cuando es la una de la tarde ya sabemos algo más, que la caravana no se desengancha para cambiar una rueda y así el gato se puede colocar delante y el coche evita el vuelco y que, aunque esto ya lo llevamos comprobando dos semanas, los croatas son gente muy amable y colaboradora.


Este hombre, de unos 50 años de complexión más que robusta, después de una hora chorrea sudor por todos los poros de su piel. Pero no ha dudado ni un momento en ayudarnos, e incluso ha utilizado sus herramientas para tal fin. En algunos momentos, observando la escena a distancia podía ver dos hombres del paleolítico comunicándose por gestos. Algo así tuvo que ser el descubrimiento del fuego. El croata agachado de rodillas le decía por gestos a Boni, también agachado, algo así como –Mmmm- y Boni le señalaba con la mano y le respondía -¡no!. Luego tras un momento de silencio volvían a reanudar la conversación. Ahora este buen hombre coloca su gato del neolítico en otro sitio, mientras Boni le ofrece el suyo con el mismo ademán que una tribu ofrece a otra sus utensilios para colaborar. En fin, todo un despropósito lo que ha hecho este buen hombre, atraverse a hacer una paradita técnica justo dónde estábamos nosotros.


La rueda ha quedado perfectamente colocada. Aún así, como no es la original que es la de repuesto, las tuercas no encajan exactas y nos recomienda que nos acerquemos a que nos reparen la pinchada, que por cierto, tiene un buen tornillo clavado, y de paso nos la vuelvan a instalar. Como vamos de camino hacia Eslovenia, nos da la dirección del punto más cercano en nuestro sentido. Nosotros nos despedimos con un millón de gracias y Hvala y le damos 30 euros por su atención, que el hombre se lo ha ganado con creces.

A 14 km del camping, Nos han recibido extraordinariamente, nos han reparado la rueda, nos la han cambiado y nos han ajustado el aire en un periquete y lo más excepcional nos han cobrado por todo ello 56 kunas el equivalente a 8 euros o menos. Agradecidos nuevamente por su atención y cuando van a ser ya las dos de la tarde continuamos viaje hasta el lago Bled.


El viaje ha transcurrido muy tranquilo. El paisaje ha cambiado y ha dado paso a un verde oscuro con montañas muy altas. Es una preciosidad contemplar todos esos pueblecitos perdidos en la montaña presididas por sus iglesias.

A unos 30 km del final de nuestro destino hemos parado a comer algo, en un área de descanso con unos autoservicio de la cadena Marché. Estiramos un poco las piernas y continuamos viaje.

Cuando son las 7.00 de la tarde y tras un día un poco complicado, estamos instalados en el camping de Bled. De momento, solo puedo contaros que estamos en un lugar precioso, al lado de un lago, llamado Bled y rodeado de montañas. Hemos paseado un poco por el lago, y hemos pedido información para hacer algo de senderismo. Visitaremos algún pueblo que otro  e intentaremos disfrutar de las instalaciones del camping. Es un camping muy completo, atestado de gente, eso sí, pero aún así a estas horas de la noche hay un silencio impresionante. Es un sitio de esquí, muy apropiado para la montaña en verano y aquí la gente viene a disfrutar de la naturaleza. Nuestros vecinos colindantes son belgas y suizos, parecen simpáticos.


Bueno es hora de dormir, mañana más y mejor.


Sábado, 20 de julio

Lago de Bled y Ljubljana


Hemos pasado tres días en Slovenia y cuando son las 7.30 de la mañana emprendemos viaje rumbo a, ¿?? Pues no se muy bien todavía a dónde nos dirigimos. Vamos de regreso, eso sí, pero de momento no hemos decidido en qué lugar parar.
Slovenia, significa “la amada” ¿lo sabías?. Nosotros no. El viernes lo pasamos todo el día disfrutando del lago Bled.  y nos acercamos a una pequeña población llamada Radovlljica. Luego, ya en  el camping  preparamos una cenita mientras  charlamos con una pareja de españoles que acababan de acampar a nuestro lado con una camper destino a Croacia.
La mañana la ocupamos con una andadita de dos horas que es lo que tardamos en bordear el lago. Hay un paseo fácil que tienen habilitado para poder disfrutar y a lo largo de él puedes encontrar mucho turista paseando, en bici o simplemente disfrutando de un chapuzón en el agua. Eso mismo hicimos nosotros después de comer unos bocatas en una explanada en el lago, darnos un refrescante chapuzón rodeados de patos. Por la tarde, y después de una buena ducha para desparasitarnos de tanto anade, brujuleamos por la zona

Al día siguiente, excursión a la capital, Jjubljana. Me alegro de haber pasado por allí. Jorge, un amigo de Boni, ya nos la recomendó y es una delicia de ciudad. Pasear por sus calles y visitar la basílica son un placer para los sentidos. Comimos en la plaza del ayuntamiento, en una feria gastronómica. Los niños, una hamburguesa de una libra de peso y nosotros elegimos algo parecido a una pizza con muchas especias. También nos acercamos al  castillo de San Jorge, ahora destinado a museo, centro cultural y zona de restauración que cuenta su historia desde lo alto de una colina, mientras vigila a una población de tan solo 280.000 habitantes.
 No satisfechos con todo eso, todavía tuvimos tiempo de acercarnos al lago Bohinjsko de camino al camping y a tan solo 30 km de Bled. Este lago se conserva en estado puro, puesto que solo se puede bordear por una de las  orillas y no hay nada construido a su alrededor. Al final del lago un pequeño camping llamado Zaghore por el que se accede directamente al agua. Cuando regresamos a nuestra parcela, tenemos prácticamente vecinos nuevos por todos los lados. Hay un matrimonio irlandés con una autocaravana aparcado justo a nuestra izquierda. Como tenemos el coche un poco pegado a su parcela mientras cenamos me acerco para preguntar al señor si están cómodos. -Perfectamente-, me responde. Le comento, de todas formas, que nos marchamos al día siguiente y entablamos una conversación de unos diez minutos.
Se dirigen a Dubrovnik y a Montenegro. Me pregunta por la edad de los niños y me informa de que él también tiene 4 hijos pero ya mayores. Conoce Santander porque lo visitó en una ocasión con su autocaravana embarcándola en el ferry. Le comento nuestras impresiones sobre Dubrovnik, después, nos despedimos y ambos nos deseamos buen viaje.

Lunes, 22 de julio


Lago Bled- Carcassone

Es curioso, cuando me dispongo a escribir en el blog para actualizarlo, la verdad no se muy bien que día de la semana es hoy. Estoy muy segura del día del mes, 22 porque hoy es el cumpleaños de mi querido hijo pequeño Alejandro que ya tiene ¡¡9 años!!.  Hoy, después de comer ha soplado las velas en una especie de tarta improvisada fabricada con unas riquísimas pastas que ayer compramos en la Cité de Carcassone. Los tres le hemos cantado el cumpleaños feliz y además ha recibido una sorpresa de su hermano porque le ha regalado un osito de peluche vestido de gondolero,  que se quedó con ganas de comprar y que el bueno de  Adrián mientras le distraíamos compró con sus ahorros en Venecia para darle una sorpresa el día de su cumpleaños. Un detallazo el de su hermano que lo ha mantenido en secreto hasta hoy mismo y del que hemos sido cómplices su padre y yo. Aprovecho este espacio para desearte  también que cumplas por lo menos 100 más y mucha ilusión para conseguir lo que te propongas durante todo ese tiempo.

Pero esto del calendario no es solo cosa mía, me comentaba una señora española que acaba de pasar por aquí y con la que he charlado un buen rato que hoy era ¿martes? No. ¿lunes? Sí, entre las dos como hemos podido hemos llegado a la conclusión de que hoy es lunes porque ayer fue domingo. ¡Sabia deducción!. Se dirige con su marido a Polonia a la concentración internacional de caravanistas.

Llegamos aquí ayer por la mañana alrededor de las 9.30  después de recorrer la friolera de 1400 km tan solo con algunas paradas técnicas para estirar la columna y activar la circulación, comer y dormir unas 4 horas de un total de 26.

Cuando rebasamos Génova todavía nos parecía un poco pronto para parar. Queríamos avanzar un poco más y quitarnos kilómetros para de esa manera estar a menos distancia de Carcassone. Pero al dejar el Golfo de Genova, elegimos un camping a la altura de la Costa Azul a unos 20 km de distancia adentrándonos por los Alpes marítimos. Son las siete de la tarde y la carretera por la que nos desviamos empieza a tener la misma pinta que la del año pasado cuando nos dirigíamos a los Alpes. Yo, con mapa en la mano, ya se lo estaba avisando a Boni y barajaba otras alternativas, pero mi marido gorupo, gorupo (es decir, cabezón dónde los haya) como le apodaría su madre que le parió,  se empeña en desviarse aun así. Hemos recorrido 3 km en tan solo 10 minutos y ya tenemos bastante. Con una burrada de kilómetros a nuestras espaldas y la noche encima, es una temeridad continuar por ese camino. Le he convencido, ahora el problema es dar la vuelta. La carretera estrecha y una ristra de coches a nuestras espaldas, creo que va a ser un poco complicado hacerlo pero como lo difícil se consigue y lo imposible se intenta, nosotros lo intentamos.

¡Y lo hemos conseguido! Ya estamos otra vez en la autopista. Son las 8.30 de la tarde y es imposible llegar a un camping. La mayoría cierra el check in a estas horas y además elegir una opción a ciegas por estos lugares puede ser un atraco a mano armada. Estamos en Mónaco.Ya conocemos la zona, hay que continuar.

De momento Boni no va cansado y los peques nos acaban de comunicar que ellos van fenomenal. Hace a penas dos horas paramos y merendaron bastante bien, vamos a seguir avanzando.

La noche ha caído y los kilómetros subiendo, llevamos ya más de 12 horas en el coche, hay que encontrar un sitio seguro para dormir unas horas. Empezamos a supervisar algunas paradas. El primer intento, a la altura de Cannes  una vez acoplados, no nos convence, demasiado solitario. Podemos ser carne de cañón para algún pillaje. Por lo menos, hemos aprovechado para que los niños tomen unos yogures y se pongan el pijama. Nos reímos porque cuando nos preguntan por qué nos vamos de ese área de servicio y les respondo que no es seguro porque pueden robarnos, salen escopetados hacia el coche. Normalmente hay que darles la orden unas doscientas veces para que obedezcan, esta vez no ha hecho falta. No hay nada como que la adrenalina actúe en el cuerpo.

El segundo intento ha estado mejor. Hemos parado en una gasolinera a repostar. Estamos ya en el departamento de Var. Son las 11 de la noche. Observamos que hay algunos coches y gente en ellos durmiendo. Un camión aparcado también hace lo mismo. Hay un vigilante en el auto servicio y está muy iluminado. A Boni le parece un sitio seguro. Está muy convencido. Nos ponemos al lado del camión y nos metemos en la caravana. Estoy alucinada. Los niños están durmiendo a placer y mi marido también está dormido. De vez en cuando abre un ojo y al verme en posición de lechuza vigilando el panorama me dice, -duérmete cariño, descansa, es un sitio muy seguro, confía en mi.- y vaya que me duermo. Son las tres y media de la mañana y nos despertamos. Hemos podido dormir 4 horas. Para ser nuestro primer free camp (acampada libre) ya tenemos bastante y además no ha ido mal. Estamos hasta satisfechos de nuestra aventura. Continuamos viaje, y a pesar de esa parada, cuando amanece,  paramos en otra área de servicio a dormir otra horita. Los niños siguen descansando. No se han enterado de nada. Cuando son las 7 de la mañana necesitamos un café y un desayuno. Me he quedado en el coche con los niños que siguen dormido mientras que Boni se ha acercado a comprar dos café y dos croissenes. Están riquísimos. Estamos terminando y  los dos enanos se empiezan a desperezar como si hubieran dormido 12 horas entre sabanas de seda. Nos dicen que ellos han descansado estupendamente y ahora toca parar para que ellos también desayunen.

Tras recorrer 1400 km desde que dejamos Slovenia y después de 26 horas de viaje estamos registrándonos en el camping de la cité de Carcassone.

Dos noches por delante serán suficientes para recuperarnos de este osado viaje y disfrutar de esta villa medieval.


Carcassone

Clasificada por la Unesco como Patrimonio de la humanidad esta villa que tiene sobre sus espaldas 2.600 años de historia y 1000 de arquitectura militar es una preciosidad. La romanización y la Edad Media constituyen los dos periodos claves que han marcado su historia y toda la que forma el Aude País Cátaro. Los cátaros denominados  al conjunto de iglesias cristianas disidentes que rechazan la autoridad pontifical. Fueron condenadas por el papado y aniquiladas contra la Inquisición y los albingenses. La dinastía de los Trencavel fue una de las familias más poderosas del Midi durante el siglo XII. En 1208, el papa Inocencio III decreta una cruzada contra la herejía cátara. Carcassone se rinde en 1209. En 1226, el vizcondado de Carcassone se anexiona convirtiéndose en un conjunto administrativo real. Es entonces cuando la ciudad adquiere la apariencia de fortaleza  que aún conserva en nuestros días.

 Imponente el castillo condal (s. XI-XIII) y la basílica de S. Nazaire de estilo románico en su planta que da paso a un estilo gótico  reflejado en sus impresionantes vidrieras y rosetones. Nos dejan gratamente sorprendidos. Parece que estamos ante una de las descripciones de Kent Follen en la novela los pilares de la tierra. Hemos paseado por sus calles adoquinadas y nos resistimos difícilmente a consumir más. Eso sí, mientras que los niños degustan unos crepes deliciosos en una terraza dentro de la muralla, nosotros nos tomamos unas cervecitas acompañadas por una suculenta ensalada de cabra.

Es hora de regresar al camping. Mañana volveremos a visitar el castillo por dentro. Estamos a un paseo de 10 minutos andando desde el camping, por una ribera muy sombreada. Hoy ya no ha dado tiempo. Hemos descansado y nos hemos dado un baño en la piscina. Cuando el sofocante calor ha parado de hacer de las suyas, después de una reparadora ducha, nos hemos acercado a la cité, como la denominan por aquí. El castillo solo se puede visitar hasta las 18.30 horas.
Hoy por la mañana, lo primero que hacemos es acercarnos al castillo. Con la entrada nos dan un folleto explicativo en español que nos guiará por todos los entresijos. También hay una proyección visual subtitulada en ingles y español que nos explica muy bien la historia de la villa,  su descubrimiento y reconstrucción. Es muy didáctica y entretenida. Después nos acercamos otra vez por el entramado de calles lleno de turistas al teatro que ayer por haber un concierto no lo pudimos visitar. Una vez más, nos adentramos en la iglesia, irresistible no hacerlo. Ahora la luz está muy arriba y no proyecta en las vidrieras, demasiado tarde.

Ya es demasiado para los niños. Ahora toca pasar todo el día en el camping, bañándonos en la piscina, jugando al futbol y preparar el viaje para mañana destino Pamplona.

Nos ha parecido muy interesante nuestro paso por aquí. Algún día prepararemos una ruta más en profundidad por el país de los cataros. Nuestros vecinos los franceses tienen un gran país también por conocer, lleno de historia y naturaleza.

A Alex le ha parecido un cumple muy divertido. Me lo está diciendo en estos momentos mientras toma un tazón de leche con cereales junto a  Adrián. Nuestras vacaciones están llegando a su fin

Martes, 23 de julio

Carcassone- Moralzarzal


Son las 7.30 de la mañana y ya tenemos la caravana y el coche enganchados para emprender viaje. Tenemos por delante cerca de 850 km  para llegar a Moralzarzal. En un principio pensábamos quedarnos en Pamplona y pernoctar pero ayer Juancho, cuando llamó para felicitar a Alex nos anunció que daban muy mal tiempo y tormentas por allí. Eso nos hizo replantearnos el trayecto y decidimos que era el momento de poner fin a nuestro viaje.

Pronto llegaremos a nuestro destino y mientras el navegador va descontando los kilómetros en la pantalla yo hago un pequeño balance de este viaje que vamos a concluir.

Croacia es un país de contrastes que completa su vecina Slovenia. En muchos momentos parece que estás recorriendo el norte de España y en otros nuestro extraordinario Mediterráneo. Nos hemos sentido muy a gusto rodeados de sus gentes que no han hecho más que mejorar nuestra estancia. Entramos en el país, el 1 de julio de 2013, justo el mismo día que ingresó en la Unión Europea. Nos alegramos gratamente de que lo hayan conseguido y admiramos su tesón y su optimismo para mirar hacia delante. Al fin y al cabo cualquier persona que eche la vista atrás 15 años, tiene recuerdos muy frescos y latentes, tiene una historia que ellos intentan llevar con mucha dignidad. Hemos disfrutado de su clima, de su deliciosa fruta, de sus transparentes aguas y de su extraordinaria cultura. Una experiencia inolvidable.

No tardaremos mucho en sentir la necesidad de escapar de nuevo. De vivir otras nuevas experiencias. Curiosamente, mientras medio mundo se empeña en poner barreras y fronteras, otro medio mundo nos empeñamos en atravesarlas. No somos dueños de ellas, la propia naturaleza, con sus montañas, su vegetación, sus océanos y su clima, es la única que puede tener el privilegio de hacerlo. Es la que, en cualquier caso,  moldea nuestras costumbres y nuestros caracteres, que,  por otra parte, son mucho menos diferentes de lo que a veces pensamos. Nosotros, hombres y mujeres,  en todo caso, solo debemos ser buenos anfitriones de la tierra que nos vio nacer. En mi modesta opinión, y fuera de patriotismos y nacionalismos, amar nuestra tierra es abrirse al mundo para poder mostrarla y que otros disfruten de ella.

Regresamos cargados de muchos kilómetros a nuestras espaldas (cuando lleguemos a la meta habremos recorrido en total 7300 kilómetros sobre ruedas) y algunos otros a pie, pero repletos  de vida, de ilusión, de energía y de historia que iremos asimilando y compartiendo con cualquiera que desee impregnarse de nuestra experiencia. Nuestra familia, nuestros amigos, nuestras costumbres nos esperan. Volvemos a casa.


Camino Soria, Gabinete Galigari


“Todo el mundo sabe que es difícil encontrar, en la vida un lugar

Donde el tiempo pasa cadencioso sin pensar y el dolor es fugaz


A la ribera del Duero, existe una ciudad

Si no sabes el sendero, escucha esto:

Lentamente caen las hojas secas al pasar, y el tiempo empieza a hablar…

No lo mires no te cortes y sigue el caminar….

Becquer no era idiota ni Machado un Bataban, y por los dos sabrás

que el olvido del amor se cura en soledad


A la ribera del Duero, existe una ciudad

A la ribera del Duero, mi amor te espero


Voy camino Soria ¿tu hacia dónde vas?

Allí me encuentro en la gloria que no sentí jamás

Voy camino Soria quiero descansar

Borrando de mi memoria traiciones y demás

Borrando de mi memoria pasiones y demás.


Lentamente caen las hojas al pasar

El olvido del amor se cura en soledad

Camino Soria….. camino Soria…..camino, camino Soria”.


Verano del 2013




VENECIA


                                                          
                                                            Paseo  por la Isla de CRES

                                                                         

                                                                  ¡FELICIDADES ALEX!

10 comentarios:

  1. Que tal compis. Veo que como siempre todo sale según lo previsto. ¡Que disfrutéis! y a la próxima espero que volvamos a unirnos al pelotón.

    Juancho

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  2. Este año veo que todo es más descriptivo. Me ha gustado mucho el comentario sobre la guerra. Ya les preguntaré a los enanos a la vuelta sus impresiones, siempre te he dicho que un año tendríamos que escribir un diario o grabar un vídeo con sus sensaciones.

    P.D. Feliz cumpleaños Boni

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  3. Feliz cumpleaños cuarentón!!!! Desde Moral se os hecha de menos. Un besazo y disfrutar mucho.

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  4. Feliz cumpleaños cuarentón!!! Desde Moral se os echa de menos. Disfrutar. Un beso enorme

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  5. Reyes!!!!! Qué escritora se está perdiendo el mundo!!!! Qué descripciones... Las imágenes y los paisajes se imaginan y se visualizan a la perfección!!! Qué maravilla de itinerarios (y qué envidia ;-)
    Boni!!!! FELICIDADES BONIFACE!!!!!
    Quiero ver las 1.000 fotos!!!!!
    Muchísimas Felicidades de parte de los Trives

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  6. Madre mía....!!!! Akabo de leerlo....!!!! Impresionante experiencia....!!!! Disfrutadlo mucho chicos....!!!!

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  7. Queridos amigos a ver si esta ya es la buena.....que lío....sólo datos mis felicitaciones por ser tan emprendedores con vuestros viajes, y por lo ameno, interesante y descriptivo de las aventuras, diarios de mi amiga gran escritora. Os esperamos. Buen viaje

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  8. Soy fan de los relatos como buen viajero y deseo decirte que me encantó el vuestro , especialmente la conclusión final sobre las artificiales fronteras del hombre.
    Un abrazo

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  9. Soy fan de los relatos como buen viajero y deseo decirte que me encantó el vuestro , especialmente la conclusión final sobre las artificiales fronteras del hombre.
    Un abrazo

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